domingo, 27 de mayo de 2007

Mi domingo



Otro domingo pasa, y otro domingo veo más cerca el borde del abismo. Nada tiene sentido, todo es siempre igual, o mejor dicho...peor.
Mi domingo perfecto es ahora mismo sentarme en un árbol sin florecer en pleno mes de mayo, pues alguien como yo solo podría sentarse en un árbol de tales características.
Me gustaría poderme sentar en ese árbol y quedarme con la mirada perdida hasta que dejara de ver las nubes porque en mis días la luz del sol no existe, solo existen nubes y más nubes.
Mi desgracia es tal que ni tan solo he encontrado ese lugar en el que poder llevar a cabo tal penosa acción.
Que tengáis toda la suerte que yo no tengo penuriosos y penuriosas.

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