viernes, 22 de junio de 2007

Y sin embargo te quiero

Otro espejo más relatado esta vez por Joaquín...

De sobras sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera;
y, sin embargo, un rato, cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.

Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado.

Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.

Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.

No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,
bien sabes lo que digo.

Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.

Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.

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jueves, 21 de junio de 2007

Soledad

Poema

No hay mejor manera de volver que recordando a mis contados lectores que no estan leyendo algo gracioso ni nada curioso. Al contrario. No lean si no quieren, no me suponen nada.
Aquí os dejo, oh infortunados, este asqueroso poema de un grande de la literatura española. Espero que no os guste.

Hombre en desgracia, por Blas de Otero

Me cogiera las manos en la puerta del ansia,
sin remedio me uniesen para siempre a lo solo,
me sacara de dentro mi corazón, yo mismo
lo pusiese, despacio, delante de los ojos.

O si hablase a la noche con el labio enfundado
y detrás de la nuca me tocasen de pronto
unas manos no humanas, hasta hacerme de nieve,
una nieve que el aire aventase, hecha polvo...

Soy un hombre sin brazos, y sin cejas y acaso
una sábana extiende su calor desde el hombro;
voy y vengo en silencio por el haz de la tierra,
tengo miedo de Dios, de los hombres me escondo.

Doy señales de vida con pedazos de muerte
que mastico en la boca, como un hielo sonoro;
voy y vengo en silencio por las sendas del sueño,
mientras baten las aguas y dan golpes los olmos.

¿Hasta cuándo este cáliz en las manos crispadas
y este denso silencio que se arrolla a los codos;
hasta cuándo esta sima y su silbo de víboras
que rubrican el vértigo de ser hombre hasta el fondo?

¿Hasta cuándo la carne cabalgando en el alma;
hasta heñirla en las sombras, hasta caer del todo?
Oh, debajo del hambre Dios bramea y me llama
acaso como un muerto -dios de cal- llama a otro.


P.D:La vida no es una mierda, la mierda es mi vida.

Retorno

Eso mismo, gente periciosa.
He vuelto.
He estado aislado durante 19 días.
Por el bien de todos.
No he aparecido por el bien del mundo.
He vuelto.
No esperéis que os alegre la vida.
No intentéis alegrarme la mía.
He vuelto.